"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

DE REGRESO AL SINDROME DE ERÓSTRATO

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on junio 6, 2019

DE REGRESO AL SINDROME DE EROSTRATO

Nos encontramos en una sociedad en donde la imagen lo es todo. Y para ello debemos traer a colación la figura de Eróstrato, ya que nos hacemos famosos por las locuras que cometemos. Basta ver figuras políticas maldiciendo entre sí, señalando las triquiñuelas del otro, denigrando del país con el fin de hacerse notar y muchos otros que hay en el ambiente.

Eróstrato fue un pastor griego, que pasó a la historia por quemar el templo de Artemisa de Éfeso, considerado una de las siete maravillas, pero este no tenía una motivación alguna, ni miedo a las amenazas y mucho menos las prohibiciones de la época, solo le bastó aumentar su popularidad y su leyenda,  

A pesar del tiempo regresamos a este síndrome. Y algunos dirían que como consecuencia de la globalización y otros por esa brecha existente entre los ciudadanos de a pie y los famosos, por ese ánimo de figurar en una sociedad de desiguales, de buenos contra malos, de ladronzuelos del común y los de cuello blanco, manipuladores de dinero para socavar la política y sus negociaciones, mentiras y verdades tapadas con la irreverencia y la desfachatez, justos pagando por pecadores, lo peor es que son muy pocos los que creen en el Estado y sus instituciones.

Eróstrato pretendió con este acto adquirir fama, no ser olvidado por dicho espectáculo, sin embargo, cuántos Eróstratos vemos a diario, unos buscando fama, otros hacerle el cajón a su subalterno, pero lo más indignante se convierten en sujetos sin ética, sin miedo al reproche, repiten y repiten y no se cansan, basta ver exprocuradores, expresidentes, exgobernantes. Es decir, miembros del gobierno y de la política en especial, pero ello no se queda allí, llega a todos los niveles, mandos medios, gerenciales, que utilizan el mal llamado chisme para llamar la atención para después socavar la realidad del perjudicado, casi siempre un funcionario comprometido, pero también desligado de esa realidad mundana.

Lo más impactante es que este síndrome se convirtió en viral, se ven en muchas páginas de periódicos, y hasta en la web, es decir, todo el medio comunicativo para hacer saber su pretensión, adquirir fama por hechos volátiles y perniciosos,

La historia personal pasa a la historia, es decir, es tan fuerte ese deseo de fama transitoria casi siempre, que no recuerdan lo que pasó anteriormente, si se ha sido víctima de ello, o si por el contrario se repite secuencialmente con el jefe de turno.

La misma sociedad es la que se ha encargado en recordar a Eróstrato, señalando a seudo-salvadores, personajes que prometen y no cumplen, que gozan de las mieles con la derrota de otros, olvidando que la vida tarde que temprano cobra lo malo, aquellos momentos de reinado, pero olvidando que los reinados también se acaban.

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