"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

DE LA ILUSIÓN AL PORVENIR

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on marzo 7, 2018

El nombre de este escrito nos direcciona hacia los orígenes del hombre, pero más allá de su nacimiento nos hace preguntarnos cuál es el motivo de nuestra existencia en este mundo, pero teniendo en cuenta que todo individuo vino a cumplir una meta y una misión, y es allí en donde radica la importancia del individuo como ser humano, como parte integrante de la sociedad (Morin). 

Pero esa concepción es una cuestión de cultura, pues mientras unos son dedicados a la investigación, al avance de lo tecnológico, al enriquecimiento espiritual, otros ni se dan por enterados que hacen parte del conglomerado mundial, no reencuentran adscritos a esa aldea global, unos preocupados por dominar la naturaleza y extraer de ella sus bienes, y otros en esperar los frutos de estos, y aquí se presenta nuevamente el dominio de unos a los otros, y es que esa transformación viene desde la misma niñez, haciéndolo un ser moral y social, en donde las exigencias culturales han alcanzado una gran amplitud, llevando a estos a cumplir las  exigencias morales de la sociedad, y que es el gran maestro del hombre.

Pero aquí vuelve y surge el sentimiento religioso, la explicación de lo divino desde lo terrenal, pues para nadie es un secreto que el hombre es un ser religioso por excelencia, y que esta tiene mucho que ver en su formación, en la forma como ve la vida y como decide terminar con la misma, pero en virtud a todos esos argumentos de terror, de sufrimiento, de asperezas y que son los elementos concomitantes del hombre con su supervivencia.

Eso de lo religioso debe ir de la mano con lo filosófico, pues esa existencia de un ser superior solamente se explica con cuestión de fe (Santo Tomás), ya que nadie puede probar de manea real la existencia de ese Dios, y aquí es donde la intelección del individuo es la que le permite, por medio de razonamientos lógicos, hacer deducciones tendientes a probar la existencia del mismo, aun cuando para muchos esto no se puede hacer, la ciencia está en contra de esta posición, por lo que seguirá el enfrentamiento entre una y otra.

Lo que no se entiende, es porqué ese reconocimiento histórico de ciertas doctrinas religiosas acrecientan el respeto que las mismas inspiran, pero no modifica la libertad de retirarlas del contexto cultural, pues estos son los que han ayudado a conformar nuestra propia concepción de esas doctrinas, pero que son las que a su vez han permitido el dominio cultural y social.

Se repite nuevamente el libre albedrío, esa voluntad del hombre por elegir su propia identidad, si cumplir o no con los preceptos sociales, con los mandatos constitucionales y legales, arraigado este desde su propia volición, desde lo cognoscitivo hasta lo influenciado, cuando es la propia consciencia la que determina el grado de participación, de libertad y de voluntad ante estos efectos religiosos. Razón tenía Einstein cuando dijo: “El hombre es, a la vez y al mismo tiempo, un ser solitario y un ser social”.

Se termina diciendo que no es posible erradicar las ilusiones de la mente del hombre, y mucho menos interrumpir toda actividad tendiente a que estas se cumplan, se hagan realidad, ya que las esperanzas hacen parte integral del hombre, por lo que este siempre se mantendrá alerta ante sus expectativas, ante su experiencia, sin renunciar a las mismas, por lo que deberá adaptarse a la evolución, a los avances, a la tecnología y al desarrollo socio cultural, pues el ser humano no puede estar solo en este universo y mucho menos olvidar el principio de universalidad junto con el de terrenalidad.

Claro está que es la actitud de este, la que determina si se debe renunciar a esos deseos infantiles o si esa libertad educativa le permite liberarse de esos conceptos arraigados, pues no debemos olvidar que en nombre de la religión se han hecho y cometido grandes barbaridades en la humanidad, y la única manera es echando mano a lo científico, (“Jamás se ha llevado a cabo un debate intelectual más profundo”. Snow), desarrollar el intelecto para poder buscar el progreso y desarrollo culturales que nos permitan entender el comportamiento del hombre, y cuál es la evolución de este en el entorno social.

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