"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

“¡Todos tenemos la capacidad de pensar! Para eso es útil la filosofía. Así, los filósofos están en todas partes.”

Mitificados muchas veces, señalados otras tantas, seres solitarios y tristes según algunos, silenciosos de caminar lento, de esta manera son concebidos aquellos que vivimos de la cotidianidad, de pensar en las cosas que pasan y no deberían pasar, de analizar lo inanalizable, de soñar lo insoñable, de reflexionar lo irreflexionable.

La labor del  filósofo es transformar la sociedad, no con actividades económicas ni políticas sino con las mentales, con el pensamiento, con la transmisión de conocimiento y cambio de conciencia, sobre las experiencias cotidianas, diferenciar lo necesario de lo accesorio, propiciar el dialogo libre acerca de lo religioso, de las creencias, de la manera como es concebido el mundo, asumir las diferencias políticas y sociales.

La labor del filósofo es asumir el aquí y el ahora, pues el ayer ya pasó y el futuro es incierto, solo nos queda el hoy, esa es la única manera de entender nuestra existencia.  Propiciar la crítica y la reflexión en la toma de decisiones, apoyados en los aspectos científicos y la explicación de los fenómenos y su intelección en el síndrome de las posibilidades.

El solo ir por la  calle, pensando en el pico y placa y cómo evitarlo, votar por determinado personaje, del ejemplo dado a los hijos y a la sociedad, cómo quejarme del sistema, de los políticos, de las elecciones eso es filosofía, con la diferencia que desde mi propio libre albedrío decido qué hacer o no. Reflexionar acerca de la vida, de los principios éticos y morales, de la amistad y la enemistad, del cumplir con mis obligaciones, eso hace parte de nuestra forma de vida, y eso es la filosofía moldear mi propia vida, tener el valor de reconocer cuando me equivoco o de corregir el yerro.

Conocimiento, causa y efecto todos los llevamos insertos  en nuestros genes, la experiencia como elemento enriquecedor permite que el ser humano perfeccione su propia filosofía,  molde su vida y determine con quiénes convive; desarrollar los procesos productivos a través de la naturaleza humana y social es el reto al que se enfrenta el individuo cada día que se levanta, cuando sale el sol y hasta cuando llueve.  Somos sujetos con vida propia, con fenómenos y derechos inalienables, trabajamos o morimos, cedemos potencialidades y recuperamos otras, animales pero más que animales, somos racionales y lógicos en búsqueda de la libertad y la autonomía, de satisfacer nuestras necesidades básicas o no, ganamos y perdemos, beneficios propios e impropios, resultado de una gestión individual asumida dentro de esta sociedad mercantilista y cambiante que hace que nuestra identidad parezca un yoyo, adaptándose a las tendencias nacionales e internacionales, dejándonos influenciar por el otro y olvidándonos del yo.

Todos esos procesos hacen que la filosofía sea un modo de vida, un cambio de paradigma no solo en el concepto sino en la práctica, en donde la ideología es la herramienta inseparable del pensamiento, pues este está unido de manera inseparable al concepto de ser humano.  De otro lado, tenemos la conciencia, para algunos llamado espíritu santo, esa señal de estar haciendo el bien o el mal según el caso, de pensar en el otro (alteridad), de entregarnos a los demás (solidaridad), desligar el egoísmo (vivir por el yo) de nuestra mente, acabar con la autosatisfacción impuesta por el sistema, antes por el contrario exigirnos una gota de sudor hacia la perfección, hacia la convivencia, hacia la intelección cognitiva y en especial en desarrollar el conocimiento. Pues es de esta manera que se entiende la filosofía y su importancia para el ser social, además que nos lleva de la mano a la oposición de aquello que nos daña o perjudica, para entender que yo existo y tú también, que yo elijo ser yo y no tú, que yo existo por mí y no por tus ideas, pero en últimas disfrutar de mi existencia.