"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

EL FENOMENO DE LA CORRUPCION II

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on octubre 10, 2017

Parafraseando a Heidegger “el hombre es un ser de lejanías”, ello para indicar que vive de su libertad e individualismo, pero al mismo tiempo influenciado por el tiempo,  por los puentes fáciles de cruzar, pues el ser humano no es un ser fijo de las cosas, al contrario, busca hacerse su proyecto y hacer apologías de las consecuencias sociales a las que se enfrenta.

Venimos de siniestros ministerios, parodias de una existencia reflejo de la corrupción heredada no solo del antiguo continente, sino de la etapa de la conquista, de los trotes de la historia para obtener la independencia y aún hoy estamos pagando eso endeudamientos ideológicos no solo con dineros del erario público, sino con el pensamiento y las conciencias.

Siempre quisimos vivir en un mundo de rosas, mientras el mundo se cae a pedazos, andando a un lado del camino en búsqueda de una vida más barata, envueltas en las triquiñuelas del mal de este siglo, la corrupción, muchas veces heredadas de otros gobiernos, o simplemente impuestas por otros países, o exigidas por la dinámica mundial para sobrevivir a la competencia global del mundo y sus consecuencias.

Razón tenía Nietzsche, al expresar que hay una espera que deriva del tiempo, esa que hace que el individuo implique dentro de su psique y comportamiento y concepción, el aceptar la corrupción como un medio de vida, pues es hasta lógico pensar, que para vivir bien hay que ser corrupto. Para unos, un axioma existencial válido, para otros alejarlos de nuestra realidad es la solución. ¿Hasta dónde ha llegado la corrupción?  una vez la política protegida, los negocios estatales transparentes, una recta administración de justicia, caudillos viven y mueren.

 

A los que nos tocó vivir aquella época de no corrupción, claro, siempre ha existido esta, pero no tan abierta y descarada como en esta época. Basta mirar a los gobernantes, a los senadores, a los ministros, a los administradores de justicia e inclusive a los que hacen negocios donde el Estado tiene interés y hasta para nombramientos bien sean públicos o privados, o pagando favores políticos a todos los niveles; todo un manejo de corrupción que duele, donde no hay patria ni nacionalismo, solo una rapiña de intereses personales para satisfacer necesidades oscuras o banalidades solo de ida y nada de regreso.

 

Hemos descubierto que la felicidad es ser corrupto, cohonestar con este flagelo, que conocemos el camino de como entrar a esta mafia, pero olvidamos la salida, esa que representa las necesidades de los demás, de los que nos eligieron o de los que se aprovechan por amistades y compadrazgos; emprender nuestra vida lo más completos que podamos, vivir en plenitud optimizada con orgullo de nuestros atributos sociales y morales de la noche a la mañana, pero al mismo tiempo, con la creencia de una vida positiva, remitiéndonos a la literaria del éxito y la supremacía, para poder decir hasta cuándo la corrupción en Colombia nos ganará la carrera y la batalla.

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