"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

EXPLOTARSE A SI MISMO

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on marzo 19, 2018

El sentido de lo igual es un concepto que abre la brecha del sistema global en que vive el hombre, pero entre lo distinto y lo igual proliferan gran cantidad de interpretaciones, a partir de las cuales la ideología neoliberal reconoce los males que aquejan a la sociedad.

Basta leer a Byung Chul Han (filósofo sur coreano) para entender que nos encontramos en la “Sociedad del Cansancio”, a partir de la tesis que los individuos se auto explotan, no sienten nada por el otro, es decir viviendo en un desierto de lo distinto, en donde priman las necesidades comerciales y no de las propias del ser humano.

Nos encontramos en una cosmovisión, en la que lo auténtico no importa, hacemos lo que queremos, vulnerando otros derechos “ya no hay contra quien dirigir la revolución, no hay otros de donde provenga la represión” (Chul Han, 2016), la autenticidad desaparece cuando no podemos producir para nosotros mismos, llegando hacia una auto-explotación que conduce a la alienación del individuo, pues su conciencia está perdida en elementos narcisistas, apareciendo un nuevo flujo de entender la inmensidad del globo, de su aldea global donde es consecuencia de “una operación logarítmica que lo domina sin que lo perciba”.

De otro lado, la marea de información o el big data como se ha acuñado últimamente, hacen que esos algoritmos no permitan recuperar la dignidad humana, esto es, la comunicación como medio genera una información que conduce al desconocimiento del otro, a reemplazar las conexiones neuronales por una comunicación digital; ello ha hecho que perdamos la objetividad, ya que dejamos que sean otros los que tomen decisiones, basta mirar la manipulación de la información en las campañas políticas, reemplazando la asertividad por likes, por signos tecnológicos, aparatos analógicos que han reemplazado la experiencia de ver al otro, de conocer al otro frente a frente, un perjuicio en las relaciones interpersonales, que apenas hasta ahora estamos tratando de remediar.

Dónde queda el narcisismo del ser humano, cuando debe enfrentar lo que ha cultivado dentro de su propio jardín secreto, que lo conecta con su propia realidad, como sus colores, sus olores, sus sentidos, la construcción de la alteridad como principio, el despertar de esa ceguera cósmica que lo ha alienado a través de los años, de esa falta de identidad latina a la que se refiere García Márquez, de la narrativa americana citada por Cortázar, pero al mismo tiempo esa pérdida de autoestima generalizada, que ha aumentado los problemas de stress, depresiones crónicas y muchos otros síndromes, que hacen que el hombre esté ajeno a su propia conciencia, a las relaciones interpersonales, laborales, políticas y sociales.

Hay tareas para hacer, como salir de ese animal original que nos lleva hacia el caos, regresar a las implosiones de cambio Para determinar una nueva forma de ver, objetivizar la radicalidad de la falta de conciencia social, hacia una transparencia social y por último no aguantar al otro, todo lo anterior hace que el neoliberalismo existencial no funcione hasta que las personas seamos distintas y acabemos con ese conformismo radical que está permeando el universo, produciendo a un hombre invisible, aquél que no se destaca, dominado por el estrés, que cumple con lo necesario para no con una dinámica productiva de grandes dimensiones desplegadas a un cambio social generalizado.

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