VIVIMOS CORRIENDO EN UNA SOCIEDAD DESESPERADA
Posted by: Diego Mario Zuluaga O. on: mayo 21, 2025
“No hay peor forma de perder la vida que corriendo” (Rafael Santandreu, psicólogo)
Es una reflexión sobre la costumbre que tiene la sociedad moderna de hacer varias cosas a la vez y al mismo tiempo, competir con el tiempo acerca de las tareas a realizar en el día a día, empeñados en cumplir horarios que se encuentran cerrados en muchas ocasiones por lo que el reloj se convierte en la mejor arma y dependemos de este.
La gente que vive en la sociedad moderna está acostumbrada a tener que ir corriendo prácticamente a todos sitios. Los horarios cerrados en muchas ocasiones hacen que dependamos del reloj para organizar los días, como también para desperdiciar el mismo. No solo eso, sino que por falta de dicho tiempo llegamos a realizar varias tareas a la vez. Eso puede ocasionar bastantes problemas relacionados con la ansiedad y el estrés. De vez en cuando hay que darse un respiro para pensar si “aquí pasa algo grave”, y darnos cuenta que el ritmo de las personas es superimportante o qué hacer para ir con más calma por la vida.
Es determinante tratar de recuperar ese ritmo natural y maravilloso que tiene el reloj biológico de la mano con el reloj universal; de ahí que es importante hacer una sola cosa en cada momento, hacer menos cosas y poner amor en lo que se hace (Jobs), o como se dice el principio: “No hay peor forma de perder la vida que corriendo”. Pero cómo determinamos que esa enfermedad se presenta en nuestra supervivencia, o queriendo explicar todo a punta de causas únicas o tal vez buscando un “culpable” o pensando que nuestra visión siempre es la correcta. Es allí donde se limita esa capacidad de adaptación y comprensión de situaciones complejas o como considera Slavoj Žižek, (filósofo) que los viejos buenos tiempos de la socialdemocracia liberal son historia, ya que estamos ante una nueva era en que no podemos pensar en un mundo mejor, si no, simplemente, en sobrevivir capturando esa intensidad y el ritmo frenético de nuestra sociedad.
Se deduce entonces, que lo que tenemos que hacer con nuestra mente, es enseñarle que la satisfacción, la alegría y el goce están en todas partes (R: Santandreu), y sin duda estamos viviendo en otro mundo que está gobernado por el desgobierno, por el ruido y quien más hace ruido más somete. Qué tal preguntarnos ¿si me hubiera gustado vivir en otro mundo?, en uno en donde la gente solo tenía sueños e ideales, cuando se pensaba que el mundo es un lugar de transformación por profesionales de todas las ciencias, los empresarios, obreros y políticos; y en el que la información mal intencionada, ruidosa y mezquina no amenazaba nuestro bienestar sicológico y social.
En la carrera que desplegamos debe caber la esperanza, la ilusión de erradicar la miseria y la violencia, además ponerles fin a los autoritarismos, vía a las dictaduras y también a la tendencia de gobernar con ideas de izquierda que no cuadran con los nuevos modelos de capitalista social, aunque pocos entiendan el mismo. Controlar el pensamiento es otra de las tareas, entronizar el pensamiento crítico como resultado y “es que no nos afecta lo que sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede” (Epicteto).
Las exageraciones de la realidad, nos ayudan a resolver los problemas que producen ese malestar emocional, en consecuencia a qué le debe el ser humano su existencia, a vivir corriendo o buscar la forma de caminar tranquilo y sin afanes, buscando lo que siempre ha querido el hombre “su tranquilidad emocional”, que como se ha dicho se ve afectada por aquellos fenómenos que no le permiten conseguir lo que emocionalmente quieren, dadas las circunstancias que rodean su medio ambiente social y familiar.
Diferenciar el pensamiento lógico del pensamiento crítico es argumentar que tengo que hacerlo todo bien, que la gente me tiene que tratar bien y además que las cosas me tienen que ser favorables, para intentar ser alguien en la vida y aprovechar mis cualidades; para algunos serán ideas utópicas, para otros es alimentar la idealización de la supervivencia del individuo, perfeccionar y consolidar la reforma de estructuras sociopolíticas y culturales para salvar ese prestigio y reestructurar los cimientos y corregir el caos en que se ha convertido nuestra sociedad actual, hay que ver y hacia cualquier lado que se mire, la crisis humana sin que sea factible corregir la propia historia que pone en evidencia y ante la inmensa mayoría el descontento generalizado del gobernado y “con lo que se explica que nuestras emociones dependen de nuestros pensamientos y si controlamos nuestro dialogo interior, controlamos nuestro mundo emocional.” (Santandreu)
El problema social en que se basa el nombre y contenido de este artículo, se ha convertido en el conflicto más acuciante del país, y en donde la clase dirigente se ha mostrado ciega por aquello de mantener su estatus político, cuidar sus intereses, dejando entrever negros nubarrones de convulsiones y revoluciones, sin que se viera ese alguien consciente del problema, que tienda por mejorar el orden establecido sin lesionados egoístas y dejar a un lado las conveniencias.
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