LA PODREDUMBRE CEREBRAL ACTUAL DEL SER HUMANO
Posted by: Diego Mario Zuluaga O. on: marzo 15, 2025
Para hablar de la podredumbre cerebral h Actualizar ay que entender esta, de acuerdo con la definición que da el Diccionario de Oxford: “Deterioro del estado mental o intelectual de una persona como resultado del consumo excesivo de material (particularmente contenido en línea) considerado trivial o poco desafiante”; de ahí que por un lado encontramos el exceso de abuso del contenido de basura en internet y su efecto en la mente y por el otro, la implicación en las relacione sociales del hombre, pues el lenguaje se ha limitado a términos cortos, páginas de internet, redes sociales lo cual ha generado la adicción y en consecuencia la reducción de la materia gris (la corteza prefrontal), además distorsiona la capacidad de atención y debilitamiento de la memoria y en general los procesos cognitivos.
Ahora bien, es sabido que el manejo de la tecnología y el tiempo que le dedicamos a ello consume altas dosis de energía, por la concentración, la ansiedad en la búsqueda de la tan deseada información, o como plantea Michoel Moshel, investigador de la Unidad de Macquaire (Australia), se “aprovecha la tendencia natural de nuestro cerebro a buscar novedades, especialmente cuando se trata de información potencialmente dañina o alarmante, un rasgo que en su momento nos ayudó a sobrevivir”, pero que en este momento está perjudicando nuestra existencia, vivimos enganchados al computador, al teléfono celular y otros elementos tecnológicos, atrapados en un bucle de consumos sostenido durante horas; a parte de lo anterior encontramos problemas en las redes neuronales, en la concentración y distorsión de la realidad frente a los procesos de aprendizaje que se ven afectados, desde lo académico hasta la social, lo familiar y lo democrático.
Pensar entonces en los cambios aludidos anteriormente y su incidencia en la relación social del ser humano, en cómo afectan estos la parte emocional y asociativa de los compromisos que tiene el hombre, cuando enfrenta el foco de atención que lo hace saltar de un sitio a otro, de una familia a otra, de un lugar de trabajo a otro y de un sitio de di versión a otro. Amenaza generalizada se observa cuando nos encontramos «ante la omnipresencia de los medios de comunicación, las redes sociales, los teléfonos móviles y otros dispositivos», sin que se percate ese producto audiovisual que complete el margen y el tiempo para enriquecer lo que recibe el individuo y que «le permite hacer florecer la riqueza de su propia persona». (papa Francisco), convivimos con el bombardeo incesante de información que perjudica como ya se ha anotado no solo el cerebro y sus capacidades cognitivas sino la forma en cómo el ser humano se relaciona con los demás.
Cómo detectar entonces, si en verdad la materia gris (corteza prefrontal) se está viendo afectada desde el consumo no medido del internet, del abuso de las redes sociales y la asociabilidad que se ha generalizado en el ser social actual, entendido este, como la interactuación del hombre con sus demás congéneres para generar empatía en su relación, además que en lo atinente a la resolución de problemas se ha perdido esa individualidad característica del individuo, y como si fuera poco el aumento en las consultas con expertos mentales sobre regulación emocional, en la memoria y en lo sentimental.
Lo que llama poderosamente la atención es lo que en su momento Gabriel García Márquez llamó la ausencia de identidad del hombre latino, y esto se está viendo en este momento en la universalidad del ser humano latinoamericano, pues esos procesos de formación de identidad, de cognición social y los aspectos críticos en la etapa de desarrollo han demostrado no solo la dependencia exagerada de los productos occidentales (marca de ropa, zapatos etc.), sino en la basura mental que está alimentando al hombre, dada esa dependencia de lo tecnológico, de los síntomas asociales y como si fuera poco afirman ese contenido chatarra que se va almacenando en la psique y conllevan a acrecentar ese agujero negro que absorbe los elementos vulnerables.
De ahí que corresponde al ser humano reconocer los problemas que lo afectan desde lo emocional a lo vivencial; esforzarse por desconectarse de los elementos físicos y no físicos, aumentar actividad que requieran su presencia en cuerpo y alma, aumentar su relación con amigos y familiares, hasta hacer deporte para liberar el cuerpo y el alma (según Platón).
O como plantea Moshel: “Concéntrese tanto en la calidad como en la cantidad del tiempo frente a la pantalla. Priorice el contenido educativo que evite características adictivas. Establezca límites claros y apropiados para la edad sobre el uso diario de pantallas y fomente pausas regulares”, además tener en cuenta que la podredumbre cerebral se puede aliviar con altas dosis de auténtica identidad latina y como si fuera poco evitar el agujero negro por donde se fugue la práctica de las buenas dosis de autenticidad humana.
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