EL EGOISMO DE LA LIBERTAD Y LA SENSACIÓN DE LO QUE SE QUIERE

              “Ser humano, criatura asombrosa, ¿quién eres?”.                 ( László Krasznahorkai )

Pareciera que el mundo se está resolviendo al revés. Solo no se piensa en lo que vemos, sino en aquello que nos apetece, pues la libertad se volvió egoísta, es decir, ese concepto de libertad ya no es responsable, sino que es un efecto colateral del individualismo que rige al hombre en este momento coyuntural de la historia. Sigue leyendo

LA PEREZA INTELECTUAL DIGITAL: CÓMO LA TECNOLOGÍA NOS ESTÁ ADORMECIENDO EL PENSAMIENTO

      Entre la ilusión del progreso y la esclavitud de la comodidad, el ser humano renuncia poco a poco a su capacidad más esencial: pensar por cuenta propia.

En una era hiperconectada donde las máquinas piensan, escriben y deciden por nosotros, la humanidad enfrenta una forma silenciosa de decadencia: la pereza intelectual. Este artículo explora cómo la tecnología, bajo la apariencia de eficiencia y libertad, está moldeando una sociedad más cómoda, pero menos reflexiva y menos humana. Sigue leyendo

ENTRE LA SOCIEDAD DEL CANSANCIO Y LO IMPRODUCTIVO

  ¿Y si trabajar menos fuera la forma más efectiva de crear más y mejor?                                                            (Byung-Chul Han)

 

La sociedad actual va rumbo al cadalso en virtud a esa competencia desfigurada entre producción, eficacia y rendimiento dando margen a lo que se ha llamado el “replantear la obsesión moderna por el rendimiento”, sacrificando el buen vivir ya que creemos que cada minuto que pasa debe ser productivo o al menos que se vea un resultado tangible, es un modo de vida acelerado que de acuerdo a las tendencias tiene que ir cambiando. Sigue leyendo

LA PALABRA, UN MUNDO PARA CREAR LA BELLEZA QUE OLVIDAMOS

    “Ahí estaba la Guerra. En el principio está la guerra. Y en el                                                                                  principio está la palabra. ¿Una palabra?” (Hélène Cixous)

Se ha preguntado alguna vez del porqué la palabra tiene tanta incidencia en el devenir del hombre y cómo con esta se han iniciado y calmado guerras. De otra parte, como con esta se han engendrado mundos, se han iniciado y terminado aventuras, pero también ha servido para retratar la propia identidad del hombre y su sociedad. Sigue leyendo

LA IA MARCA EL CIERRE DE LA ERA DE LO ESCRITO Y EL RETORNO A FORMAS DE ORALIDAD DIGITAL

                    En las últimas décadas la humanidad ha vivido un tránsito acelerado desde la cultura del libro impreso hacia un ecosistema comunicativo dominado por pantallas, redes y algoritmos. En este contexto, la inteligencia artificial no solo transforma la manera de producir información, sino que reabre la tensión entre lo escrito, lo oral y lo digital que ha acompañado a la filosofía desde sus orígenes. El filósofo alemán Wolfram Eilenberger ha planteado que con la IA se cierra la época de lo escrito y se inicia una nueva era de oralidad mediada por tecnologías inteligentes, lo que obliga a repensar qué significa hablar, escribir y dialogar en el mundo contemporáneo. Sigue leyendo

INTELIGENCIA ARTIFICIAL E INNOVACIÓN EDUCATIVA

       La Inteligencia artificial ha llegado para quedarse, eslogan copiado de otros que han planteado algo similar, pero que ese quedarse significa la influencia permanente en la vida del hombre, pues la IA es utilizada en muchas de las actividades desde lo educativo, lo político, económico, tecnológico etc., sin embargo es un hecho cierto que detrás de esas “máquinas inteligentes” siempre habrán decisiones humanas, desde los datos que usan, qué contenidos se muestran y se silencian, qué información se usa y se filtra pero todo esto debería ir a parar a las manos de todos, pero no de unos pocos. Sigue leyendo

¿DÓNDE ESTÁ LA GENTE BUENA?

     “¿Por qué la bondad ha caído en el descrédito y tiene ahora una reputación almibarada?” (Irene Vallejo)

No somos islas, sino hilos entretejidos para aseverar que el hombre está en una competición en donde la lógica, ya no tiene lógica, en donde prima más el ser exitosos a cualquier precio, en donde el triunfo a pulso ha quedado en un segundo plano. Por ello al margen de toda la sociedad nos encontramos a diarios con aquellos que nos rodena y que son rivales, que nos muestran los dientes pareciendo débiles antes estos.

Pensaríamos que nos ganó la ingenuidad, que no ponemos límites y muchos menos que el problema es de nosotros; un argumento en donde la imbecilidad del mundo es una deficiencia de carácter o mejor nos exhibe una insignia de perdedores. Somos fascinados tras siglos de misterio, de imperio del mal sobre el bien, de historias mal contadas para justificar el abuso o buenas intenciones o a veces escuchamos palabras cursis, remilgadas y hasta paródicas para disfrutar del almíbar de la bondad o también de esa reputación aburrida que ha ganado el ser humano, que nos ha convertido normalizadores de una moral pusilánime.

Recordando las palabras de la poeta española Gloria Fuertes; “A mí solo me erotiza la gente buena”, vemos que el ser humano solo piensa en lo “bello” lo “bonito” que de acuerdo a su raíz latina difieren a diminutivos de “bueno”; episódicamente devalúa el verdadero sentir, un sentir carismático de lo contrario o mejor se premia la agresividad, esa guerra de todos contra todos, dejando la ortodoxia de la victoria sobre ese prójimo que es la medida de todas las cosas, pero que sobre vive de una manera feroz.

Cuál es el magnetismo del prestigio que el individuo trata de adherir a su vida, a ese término de lo bueno, del bienestar o mejor encontrar el sentido económico de su vivencia, pues a eso nos hemos volcado. El pronóstico apocalíptico del hombre actual e3s una incertidumbre total, un diagnóstico hacia el fatalismo en donde no observamos lo bueno o lo bonito sino lo peor y aunque parezca que alrededor hay una gran cantidad de gente que es buena a diario (Vallejo), que pasa inadvertida pero que esa competencia los desacredita ante la forma de como debe funcionar el mundo.

El filósofo romano Séneca, vivió marcado por una salud débil y la necesidad constante de asistencia, en una de sus cartas evocaba: “Todas las incomodidades del cuerpo, todas sus angustias y borrascas han pasado por mí”, haciendo conciencia que tanto la debilidad como la enfermedad hacen parte de nuestras vidas; se asusta entonces la vulnerabilidad ajena sino también la propia, no se acepta el ser frágiles y muchos menos ser insuficientes, ni tener fortaleza o también estamos aislados en un estado de independencia disfraza, con una seudo confianza y éxito almibarado, en una carrera despiadada en la que se niega la alegría y por ende los actos generosos.

“Siempre he dicho que la idea y la práctica del Ubuntu es uno de los mejores regalos que África le ha hecho al mundo” (Desmond Tutu), siendo este el argumento para precisar que la palabra Ubuntu hace referencia a que el ser humano en solitario no tiene sentido, y en consecuencia nos invita a ver al otro como ese complemento para desarrollar la vida personal y construir con base en la relación con los demás. Ahí es donde se conoce la gente buena, no en un sitio físico específico sino en todas partes, aquella que demuestra cualidades como la compasión, la amabilidad y el respeto. De ahí que la gente buena se conoce por sus acciones a veces de manera discreta y a veces públicamente, priorizando los valores que la hacen sentir cómoda o tal vez haciendo sentir cómodos a los demás, olvidándose de su propia persona.

Ahora bien, surge el interrogante del ¿qué puedo aprender de los demás?, cuál es el valor de las demás personas y qué me aportan a mi vida, o el actuar de forma compasiva, bondadosa y humilde sin importar el dónde y cómo, tratando de construir un mundo con esencia para procurar que todos seamos buenos y la gente buena tenga su sitio de encuentro.

“El sumo bien es inmortal, no sabe irse sino lo echan, no causa fastidio ni arrepentimiento, porque el ánimo recto jamás se altera” (Séneca)

¿QUÉ HACE QUE LA VIDA TENGA SENTIDO?

“Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca se está totalmente alejado de ella” (Aristóteles)

 

La vida es abstracta en el momento en que caemos en el vacío o llegamos a preguntarnos ¿para qué vivimos?, de ahí que llega el momento en que conversamos con nuestra propia vida; pero qué es la vida sino ese enfoque fenomenológico que intenta cartografiar eso a lo que se ha llamado el territorio emocional. Sigue leyendo