LO QUE REDUCE EL PLACER DE VIVIR
Posted by: Diego Mario Zuluaga O. on: mayo 15, 2025
“Hemos entrado en la época de la humanidad sentada. Hay problemas de salud pública como el sedentarismo y la obesidad:” (David Le Breton)
La nueva marginalidad que se está normalizando tiene que ver con el uso de las redes sociales y el placer que nos están dando (dopamina tecnológica) las hormonas de la felicidad, por lo que en la era actual cada día vemos más personas sentadas frente a las pantallas azules, tratando de compensar aquello que no se tuvo alguna vez. Entonces, cómo calmar el espíritu lejos de la tecnología. «Tenemos una generación enganchada a la dopamina… su valor es tener más likes, ganar más puntos, más recompensas». Aun así, defendió un enfoque equilibrado: «No es la demonización (…), una vez más, es el cuidado». (Mónica Diaz-Ponte)
Es un hecho cierto que vivimos en una era de avances tecnológicos sin precedentes, pues los dispositivos digitales nos conectan con el mundo, permiten acceder a conocimientos ilimitados y facilitan muchas tareas, a pesar de ello ha traído ciertos aspectos que reducen el placer de vivir. Por un lado, tenemos el fenómeno de la dependencia digital y la descongestión humana; por el otro el exceso de información que manejamos y la dura sobreexposición que tenemos; el tiempo de ocio verdadero se ha disminuido; afección en la salud física y mental; la creatividad se ha visto disminuida afectando con ello el pensamiento crítico.
Es central el llamamiento a la “sinergia” entre todos los componentes sociales, pues a pesar de la historicidad se ha perdido esa actualidad, esto es “responder creativamente a las muchas dificultades de su época, aventurándose también por caminos nuevos y a menudo inexplorados” (La Salle). De ahí que ese modelo de referencia de nuestro tiempo: el volcán de vida, sentimientos centrados, las ideas creativas, eran un campo maravilloso en todos los niveles. Esto, para indicar que el ser humano necesita ayuda para crecer en armonía y para superar, lo que, aunque en forma diferente que, en el pasado, todavía puede impedir su sano desarrollo.
Pensemos en el aislamiento provocado por modelos relacionales cada vez marcados por la superficialidad, el individualismo y la inestabilidad afectiva; modelos de pensamientos debilitados por el relativismo y la prevalencia de ritmos y estilos de vida en donde no hay suficiente espacio para la escucha, la reflexión y el diálogo, a veces entre los propios coetáneos, llevando a la consiguiente soledad.
Convertirse, sin embargo, en «trampolines de lanzamiento» para desarrollar nuevos instrumentos y lenguajes, con los que “tocar el corazón de la nueva sociedad en construcción”, de la ayuda y estímulo a afrontar con valentía cada obstáculo para dar lo mejor de sí mismos en la vida. Buscar el opcional de la conexión con la naturaleza para encontrar ese potencial y aplicarlo a todo lo que alberga nuestro ser, nuestra necesidad y sus sentimientos y emocionalidades.
Dijimos que vivimos en una era de avances tecnológicos sin precedentes. Los dispositivos digitales nos conectan con el mundo, nos permiten acceder a conocimientos ilimitados y facilitan muchas tareas cotidianas. Pero ello nos ha determinado a esa dependencia digital y la desconexión humana, es verdad que la comunicación digital ha reemplazado muchas interacciones cara a cara, la hiperconectividad nos hace estar disponibles todo el tiempo, pero nos aleja de las relaciones profundas ya auténticas.
Y es que esa sobreexposición a la información por aquello del acceso constate a noticias y redes sociales es abrumador, generando ansiedad cuando estamos expuestos a aspectos negativos sin que podamos disfrutar del presente, notando esa disminución del tiempo de ocio verdadero, pues dedicamos más horas a la tecnología que reemplazan actividades que antes proporcionaban satisfacción, como la lectura, juegos, artes o contacto con la naturaleza, haciendo difícil el desconectarse y disfrutar de momentos de tranquilidad sin estar pendientes de pantallas.
De otro lado, todo aquello que reduce el placer de vivir va de la mano con la afectación de la salud mental y a veces física, llevando a un estrés crónico, a insomnio y fatiga visual, aunado ello al sedentarismo por reducción de la actividad física afectando el bienestar general y la angustia que disminuye la calidad de vida; y por el otro, la creatividad se ha visto automatizada afectando con ello el pensamiento crítico, limitando la capacidad de pensar de manera independiente, reduciendo además el esfuerzo intelectual en ciertos aspectos.
La tecnología ha transformado la vida en muchos sentidos. Sin embargo, para preservar el placer de vivir, es importante encontrar un equilibrio entre el mundo digital y el real. Desconectarse de vez en cuando, priorizar las relaciones humanas y disfrutar de actividades sin pantallas que pueden ayudarnos a vivir de manera más plena.
mayo 15, 2025 at 7:02 pm
Rosa Benavides – Juriscoop.
Buenas tardes mi doctor Dieguito.
Muchas gracias y totalmente cierto que “La tecnología ha transformado la vida en muchos sentidos. Sin embargo, para preservar el placer de vivir, es importante encontrar un equilibrio entre el mundo digital y el real. Desconectarse de vez en cuando, priorizar las relaciones humanas y disfrutar de actividades sin pantallas que pueden ayudarnos a vivir de manera más plena.”
No nos estamos dando la posibilidad de vivir…..