MAQUIAVELO Y SU PRINCIPE
Posted by: Diego Mario Zuluaga O. on: noviembre 18, 2025
Durante toda su carrera, Maquiavelo trató de crear un Estado capaz de rechazar ataques extranjeros y afianzar su soberanía. Sus escritos tratan sobre los principios en los que se basa un Estado de este tipo y los medios para reforzarlos y mantenerlos.
En su obra más famosa, El príncipe (escrita en 1513 y publicada en 1532), describe el método por el cual un gobernante puede adquirir y mantener el poder político. Este estudio, que con frecuencia ha sido considerado una defensa del despotismo y la tiranía de dirigentes como César Borgia, está basado en la creencia de Maquiavelo de que un gobernante no está atado por las normas éticas: «¿Es mejor ser amado que temido, o al revés? La respuesta es que sería deseable ser ambas cosas, pero como es difícil que las dos se den al mismo tiempo, es mucho más seguro para un príncipe ser temido que ser amado, en caso de tener que renunciar a una de las dos». Desde su punto de vista, el gobernante debería preocuparse solamente del poder, y sólo debería rodearse de aquellos que le garantizaran el éxito en sus actuaciones políticas. Maquiavelo creía que estos gobernantes podían ser descubiertos mediante la deducción, a partir de las prácticas políticas de la época, así como de épocas anteriores.
Del pensamiento de Maquiavelo podemos decir que a pesar de su formación humanista, religiosa, este se encuentra en dos momentos difíciles de su existencia: por un lado el juego de la política y por el otro el de la ética. Y ello se deduce claramente de su pensamiento, pues no se concibe que dentro de una sociedad que viene de un sistema Feudalista, del dominio del señor, de la violación abierta de los derechos de los asociados, se pretenda hablar de principios comunistas, de igualdad de derechos y del respeto por la dignidad humana.
Antes por el contrario el “arte de la política al arte de la guerra” no hay sino un solo paso, pues en ambos casos se debe mostrar la astucia del gobernante, su habilidad para entender a los contrincantes, y como si fuera poco la fuerza para dominarlos. Ese paso entonces entre política y guerra solo se vislumbra desde el mismo momento en que el ser humano debe aprovechar las debilidades de los demás para utilizarlas en su favor, y es aquí en donde el juego psicológico coge mayor fuerza.
Veamos porqué: “Eres el juez de tus propios actos y el arbitro de tu propio destino”. Se sintetiza en esta frase la frialdad del ser humano e igualmente la habilidad para entender que cada quien es responsable de sus propios actos, una deducción de la ideología de Maquiavelo, en donde es el mismo Estado el que debe procurar que sus integrantes tengan acceso a las más mínimas condiciones para que su subsistencia se compadezca con los principios constitucionales.
Pero encontramos, que en nuestra querida Colombia la Constitución Nacional, y desarrollado en el artículo primero trae la consabida frase: “Colombia es un Estado social de derecho, organizado en forma de república unitaria,…”, pero entonces nos preguntamos: ¿Cuál Estado social de derecho?, si todos los días los preceptos constitucionales no se cumplen, los derechos humanos son violados por los agentes del Estado o por los grupos que tratan de desestabilizar al mismo, cuando cada día aumenta más la inseguridad, el desempleo, la falta de condiciones dignas y humanas que hagan más alegre la vida de los asociados, la falta de apoyo a nivel estatal, no solo a nivel nacional, sino departamental, municipal y como si fuera poco, cuál educación, si cada día esta se aleja más de aquellos que de una manera u otra no tienen como pagar su valor. Que panorama más Maquiavélico.
Un Estado que muestra su incompetencia, manejado por personas que no reúnen en lo más mínimo las características que plantea nuestro pensador referencial: “ … todo buen príncipe debe poseer buenas cualidades a saber: bondad, clemencia, piedad, lealtad, justicia, además de tener la “reputación” de tenerlas …”, es un Estado que va rumbo al fracaso, un príncipe que es manejado por los intereses particulares de naciones extranjeras, entregando el país territorialmente a los violentos, no es otra cosa que la antitesis del pensamiento de Maquiavelo.
Entonces nos preguntamos cuál política y cuál ética, cuando todos los principios han sido contradichos, o hablar por ejemplo “el fin justifica los medios”, cuando para poder gobernar se le sigue el juego a las naciones fuertes, en este caso a los Estados Unidos para el caso de Colombia, entregar la economía nacional, hacerle la segunda al Fondo Monetario Internacional y por último recibir las ayudas económicas para aplicarlos a programas especiales, ó en el caso de la guerrilla atacar a unos y negociar con otros, entregarles a unos parte del territorio nacional y a otros no, ser copartícipes de los ataques y luchas para desterrar a los grupos subversivos (unión de las autodefensas con las fuerzas regulares), negociar liberaciones y entregas de personas, dirigir los dineros a sufragar los gastos de guerra dejando a un lado la necesidad del pueblo, es decir un panorama totalmente distinto al planteado en época de elecciones, que ideología más Maquiavélica.
Se concluye, que la política es la moral de los fuertes, es decir, que no importa cómo llegar al poder pero de todas maneras llegar, hacer y seguir haciendo sin importar sus consecuencias, seguir detentando la fuerza, mostrándola y como si fuera poco abatiendo al débil, porque nos estamos acostumbrando a guardar silencio, no pensar y lo más grave a olvidar. Antes por el contrario, deberíamos despertar, recordando que la Falsedad y la hipocresía repugnan y que la ética debería estar subordinada a la política.
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