"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

PSICOLOGIA Y FILOSOFIA II

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on mayo 20, 2013

“No hay necesidad de estar sedado, para ver la realidad y comprender la misma”

  DESPERDICIO DE VIDALa única manera de entender al hombre es haciéndose interrogantes y en este caso al preguntarnos quién soy, nos lleva a adentrarnos al interior del individuo, y comenzar diciendo que para responder la misma se debe comenzar por hablar de la autenticidad del hombre, es decir, esa capacidad que tenemos de mostrarnos tal como somos, de mirar la vida con ojos de realidad y no con sueños, pues es a partir de esta que el ser humano contempla su cotidianidad y este es el comienzo para hablar de todo aquello que llama su interés.

Con el solo hecho de asumir la existencia, igualmente de identificar las motivaciones que nos llevan a  enfrentarnos a las diversas situaciones, buscándole soluciones a las mismas y obteniendo como resultado el cumplimiento del objetivo que se ha propuesto, y es a partir de la espontaneidad en donde mostramos todo nuestro ser, enfrentar lo inesperado pero venciendo la rutina, la monotonía  pero sin dudar de la bondad de lo existente, de las capacidades que tiene el hombre para buscar la solución a cada una de esos problemas (experiencias negativas).

De otra parte, debemos entender que el hombre es un ser animal racional, pero con singularidad  con instinto cualitativo más que cuantitativo, y es la personificación la que permite que el hombre  entienda su terrenalidad, pues al ser un individuo terrenal se está acercando a esa realidad con la cual debemos convivir, ya que no se concibe un hombre que no tenga sueños, que no viva de su imaginación y que deje de soñar, ya que viviendo esas experiencia negativas (problemas), y para solucionar las mismas debe hechar mano de sus creencias, y también de su capacidad de no rendirse y confiar en todas sus capacidades.

Lo anterior es resultado de la reflexión, es decir, esa forma de volver a pensar lo pensado, esto es, analizar lo analizado para buscar un doble resultado, y al completar este, entenderemos el porqué de nuestra existencia y porqué se llama al hombre un ser de relaciones, aquí volvemos al concepto inicial del hombre, un ser animal que necesita socializarse, igualmente que tiene un cuerpo dotado de alma y que esta dualidad es la que le indica porque es conductor, transmisor de su cultura , porqué los mitos lo llevan a la locura o al mismo tiempo a entender el origen de su existencia, con todos sus falencias y actitudes que lo llevan a la inmortalidad, es decir, esa capacidad que tiene el hombre de permanecer en el tiempo, pero ello lo obtiene es de las huellas que deja, aquí es donde se convierte en signo, y dentro de la historia es un ser más pero dotado de su capacidad creadora, y es esa creatividad la que lo enfrenta a los demás, a la sociedad, al mundo y al universo, hablamos entonces de la universalidad del individuo, entendida esta como la capacidad que tiene el hombre de permanecer, de ser eterno y por ende vislumbrarse con todo su crecimiento, su historia natural y que su horizonte tenga un sentido.

De todas maneras, el hombre se debe a su medio ambiente y es esta influencia la que lo hace referente, sujeto de signo o identificable dentro del género humano, y es esa razón la que le permite pensar, emitir conclusiones y en consecuencia admitir sus creencias con todas sus tendencias, y es la inteligencia la que debe ser esclava del hombre y no al revés, pues dejaría de ser el hombre el objeto de la vida, para convertirse en un objeto solo y totalitario.

Pero debemos entender que la finalidad del hombre es ser feliz, pues así lo definen las diferentes corrientes religiosas, y siendo esto así, no hay motivo para que este viva una vida llena de vicisitudes y contradicciones, pues siempre luchará por obtener provecho, lograr sus metas y como si fuera poco acordar su existencia con su ritmo de vida, por lo que el objeto de la cotidianidad es el disfrute, es desarrollar el hedonismo, por lo que no solamente vivir sea placentero sino luchar por aquellas cosas que se quieren tener, y aquí resulta importante hablar de la relación entre el ser y el tener, por que puedo valer por lo que tengo o puedo valer por lo que soy; y esto se explica asumiendo una posición, de si valgo más por todos mis bienes terrenales o por aquello que llevo en mi interior, claro está que cada quien le da el valor que cada cosa se merezca, y para ello entra en juego su capacidad de discernimiento, el juego de la escala de valores y como si fuera poco sus actitudes y aptitudes.

De todas maneras, esa reciprocidad entre el ser y el no ser, es lo que nos lleva a preguntarnos acerca del existencialismo y qué hago yo en este mundo, cuál ha sido mi aporte al universo y qué espero yo de este, o de lo que me rodea, se repite entonces que el medio ambiente juega papel importante en este punto.  Lo primordial entonces, es entender que como individuo pensante tengo una oportunidad, y que es precisamente esa oportunidad la que no se puede desperdiciar, pues como alguien dijo, por cada año que el hombre vive ha dejado de desarrollar cuatro ideas fundamentales que lo sacarían de su letargo, de esa representación teatral sin objetivo, sin metas, pues como ya se ha dicho, el signo, el objeto, el objetivo y la meta tienen un relación o nexo de causalidad, o más bien una relación simbiótica, es decir, que uno no  existiera sin el otro, pero la diferencia estriba en el hecho de reconocer en qué momento separar una de otra para lograr precisamente la obtención del resultado propuesto.

Es bueno recordar, que siguiendo un método y una metodología nos situaremos en la escena de la vida, es decir, desempeñar ese rol que se vuelve en herramienta importante para entender el porqué de mi existencia, y como si fuera poco vislumbrar la identidad, concluir con aceptarnos tal como somos, y en consecuencia liberarnos de todas aquellas cosas que nos amaran; es por ello que debemos vivir sin ataduras, valga decir, que debemos encontrar la no dependencia, la libertad como objeto final de nuestra existencia, pues siendo libres nos reconoceremos como individuos.

 

Pero es que esa libertad no tendría sentido, si esta no va aunada a fabricar nuestra propia historia, brillar con luz propia de acuerdo a nuestros avances, y en últimas estar presentes en el escenario de nuestra comunidad, del país, del mundo, del universo.

No debemos caer entonces en el no existencialismo, esto es, vivir por vivir, seguir ahí sin representación, en dejar hacer y dejar pasar, convidados de piedra con el pensamiento muerto, mientras nuestras ideas fluyen hacia el infinito sin un norte fijo, sin horizonte y que caen verticalmente ante la negligencia de nuestro ser. Claro está, que debemos despertar de ese letargo, sentirnos parte vivencial de este mundo, hacer parte fundamental de nuestro entorno y como si fuera poco entregar a la comunidad mi pensamiento, mi vida y mi ser, el alter ego, o en otras palabras darme a los demás , interactuar no en silencio sino con servicio, con tareas que desarrollen la psique de los otros, pruebas que permitan desdoblar las ideas de los demás, desmitificar al hombre para convertirlo en ser social y fortalecer por un lado los valores y por el otro aumentar nuestra visión hacia las cualidades, las actitudes, buscar ser persona y no animal pensante que son dos cosas totalmente distintas.

Debemos terminar con explicar cuál ha sido mi papel, si continuar siendo un ser egoísta o convertirme en un hombre de coraje que permitan a los demás enfrentar sus miedos y temores, mostrarles el camino de la decisión y no dejar que la indecisión se siga carcomiendo su vida, que no disfrute de lo placentero y que entienda que en todo lo que el hombre hace siempre hay placer, que nada es doloroso y que eso se logra cambiando los ojos, pero no físicamente, sino la manera de ver las cosas, de entenderlas y de asumirlas y aplicarlas a nuestra existencia, para terminar diciendo que la libertad no es atadura, que libertad es conquista y que ser libre no es una ilusión, sino una realidad inherente a la existencia del hombre y que su realidad y autenticidad dependen de si mismo y no de los demás, contemplarlo de otra manera es retroceder en el mundo y en la evolución del ser humano.

Nos asalta la duda, acerca de si seguir viviendo de sueños, alimentar la utopía de una sociedad con análisis crítico del pasado y del presente, si se desarrollarán programas para un futuro ideal o si los métodos de acción permitirán la transición del presente al futuro mencionado, o terminar diciendo: “El hombre se debe a su conciencia y no al Estado, ni a ningún otro poder Terreno”.

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