"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

CRONICA DE COLOMBIA CONTRA EL MUNDO

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on agosto 13, 2013

El hombre siempre quiso ser libre, pero esa libertad dependía de sus principios éticos, como también de su relación con el Estado mismo, el problema se presentó en el momento en que ese Estado no colmaba las Colombia en las Manosnecesidades del hombre común y corriente y este comenzó a buscar otras expectativas de vida, en un principio luchaba por tener un trabajo justo y honesto, después lo honesto desapareció apareciendo aquellas tareas que unos hacen y otros no, pero resulta que en el País del Sagrado Corazón de Jesús, la honestidad y la justicia perdieron su posición en la escala de valores, pues para nadie es un secreto que Colombia nada tiene de Estado Social de derecho.

 

Es así entonces, como el hombre vislumbra su futuro en otras latitudes, primero queriendo justificar de alguna manera el hecho de no conseguir trabajo en su tierra natal, segundo que hay que conseguir dinero de cualquier forma, haciendo tareas que no haría en esta nación, sufriendo lo indecible e impensable, siendo humillado, maltratado y por último explotado.

 

Y en efecto a eso es a lo que se va a otros países, inicialmente salir de la “olla” en que se encuentran en Colombia, después a conseguir dinero para enviar a sus tristes familias y en últimas a pagar con el sufrimiento de la soledad todo aquello que se hace por los suyos.

 

Pero este panorama tiene su origen como ya se dijo en la ineficiencia del Estado en desarrollar políticas para disminuir el desempleo, acercar a la sociedad a la educación, evitar que la salud sea cada días más cara, pues para nadie es un secreto que la tan famosa Ley 100 de 1994 es un esperpento de regulación del tema de la salud, pues se convirtió en una manera de enriquecer a las entidades prestadoras de salud o que decir de las empresas de pensiones, donde ponen todas las rabas posibles para no calcular las mismas y mucho menos para pagarlas.

 

Cómo pensar que el sistema de gobierno colombiano nos saque de esta sin salida existencial, y también de qué manera surgirá esa tabla salvadora si se puede llamar de alguna manera, pues cada día el desempleo aumenta, las tasas de mortalidad van hacia arriba, mientras que la justicia va de para abajo, máxime si se tiene en cuenta que los índices delincuenciales sobrepasaron los de los años anteriores y eso que estamos estrenando el Sistema Penal Oral Acusatorio, un invento impuesto por los norteamericanos, con teorías americanas y pensamiento americano, pero se les olvidó que la idiosincrasia del latino es bien distinta, pues mientras ellos presumen de la verdad y la buena fe, nosotros vivimos de la mentira y de la falta de creencia en nuestras instituciones.

 

Frente a ese panorama tan desolador, no le queda otro camino a la gente del común que emigrar, enfrentarse a la incertidumbre de la existencia del ser humano en otras latitudes, luchar por aquello que aquí no lo pudo hacer, y buscar fortuna a costa de su soledad, del abandono de sus congéneres, y atesorar con el sufrimiento esos dineros que lo harán rico y cuando llegué aquí, sea una persona reconocida no por sus calidades humanas sino por su poderío económico, porque hasta eso perdemos por allá, nuestra propia identidad de individuos latinos, nos aburguesamos de manera rápida, olvidándonos de nuestro origen, de nuestras raíces y hasta de nuestros amigos y familiares.

 

Influye tanto la estadía en otros ladres, que hasta venimos hablando distinto, comiendo cosas raras, vistiendo a la moda a veces estrafalaria y con caminado nuevo, y a veces convertidos a otra religión que no es la de sus ancestros, reconociendo aquellos a quienes queremos reconocer, olvidándose a veces de aquellos que lo ayudaron precisamente a salir del país, e incluso les prestaron dineros o hicieron favores, es decir, el cambio de personalidad es evidente.

 

Se concluye entonces que el colombiano que sale del país lo hace es a sufrir en primer lugar, mejora la existencia de aquellos que deja en su tierra natal pero a costa de su libertad, de su credo, odiando a su tierra natal y adorando a aquella que le dio su poder económico si es que se puede llamar de esta manera, despotricando de su nacionalidad pero lo más doloroso es que estando en otras partes añoran a su Colombia natal, su comida, sus costumbres, cultura y folklore.

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