A QUÉ PERTENECEMOS?
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on noviembre 30, 2013
¿ Y quién lo pensaría?. Preguntarnos alguna vez si el tiempo se ha escurrido como la arena entre los dedos, o si en un abrir y cerrar de ojos pasan las cosas, pasa el país, pasa la sociedad. Vemos imágenes idealizadas de las que brotan recuerdos, o evaluamos rápidamente mi ser, mi trabajo o lo que he dado a los demás, lo que he ganado y lo que he perdido.
Vamos inmersos en una comunidad de la que nos hemos dado cuenta que ya no pertenecemos, pues la sonrisa no se dibuja en mi rostro o en el de los demás, el sentimiento de felicidad se aleja cada día más, quedando ese sinsabor que nunca se confiesa, o que el orgullo va desapareciendo para aunarse a elevar la autoestima, terminando por hacernos otra pregunta: ¿Si pusiera regresar el tiempo qué cambiaría o qué evitaría cambiar?
De otro lado, nos imaginamos leyendo densos artículos de vida, buscando las razones que no encontramos para entender que el hombre por naturaleza necesita congregarse, pertenecer[1] a algo o a alguien, algunos lo llaman EL CLUB DE LA VIDA, otros el CLUB DE LOS HOMBRES. Esa necesidad que tiene el individuo de establecerse dentro de la sociedad, del barrio, en su trabajo, pero al mismo tiempo de demostrar porqué es valioso y lo que aporta a sus congéneres.
Por eso, en desarrollo de lo antes contemplado es necesario que el ser humano desde su propia psique trabaje sobre cuatro puntos importantes:
- Buscar algo en qué creer. Este podría ser desde una realidad personal o siguiendo a alguna persona que haya dejado huella (biografías)
- Abrir las puertas para pertenecer. Dejar a un lado el ser egoísta y practicar la alteridad.
- Echar mano del Liderazgo. Todos somos líderes por naturaleza, hay que buscar aquello que nos permite practicar el mismo.
- Abrir canales para interactuar. El hombre no vive solo, buscamos compañía y por ello hagámosla productiva.
Satisfacer necesidades básicas es una de las experiencias con las que vive el hombre, y en consecuencia esa pertenencia nos permite facilitarnos esa tarea, pues basta hacer parte de un grupo, un club, asociación o solo congregarnos para entender que el ser humano es sociable por naturaleza y es precisamente de esa condición a la que debe responsabilidad, creencia y desarrollo. Para ello entonces debemos echar mano a mecanismos de comunicación e interacción eficientes, buscar canales de integración y que nos lleven a compartir, seguir a los líderes, interactuar con estos y entre estos; por último identificando nuestro rol dentro de ese conglomerado para alinear conceptos para ser utilizados no solo en nuestra existencia sino en la empresa de la cual hacemos parte, pues no olvidemos que esta también hace parte de nuestra existencia.
[1]. Manfred Max Neef, en su libro DESARROLLO DE LA ESCALA HUMANA y plantea la necesidad de pertenecer como una de las necesidades axiológicas más relevantes del ser humano
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