"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

¿ EN QUÉ SOY BUENO ?

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on mayo 5, 2017

 

«El destino es el que baraja las cartas, pero nosotros somos los que jugamos” ( William Shakespeare)

 

El filósofo que aprenda a moverse en la vida con las herramientas que le han sido dadas se parecerá a un abogado hábil que puede llevar muy bien los derechos y deberes de su ejercicio, o a un astronauta que sabrá volar libremente a través del espacio respetando las leyes del mismo.  (El Destino y la Nada. Alejandro Diaz)

La dinámica empresarial ha determinado que la globalización ha permeado las empresas desde todos los puntos de vista y en efecto considero que es ese concepto el que ha permitido entender la evolución de la economía y su paso en la sociedad, pues de allí depende el éxito de las empresas, igualmente el comportamiento del individuo dentro de la misma, como elemento de ese engranaje en el que debe participar.

Ahora bien, el ser humano como elemento que hace parte de una empresa, se debe amoldar a las necesidades de la misma, pero recordando que tanto la misión y la visión se mueven de acuerdo a la experiencia, no sólo desde el campo laboral  sino profesional; eslabón este que permite mantener las políticas de la firma, sea del tipo que esta sea, bien desde el campo económico, educativo, judicial etc., ahí entonces, se entiende por qué las nuevas empresas requieren personas con una visión de empresa distinta, a contribuir con una dinámica que lleve a través del desarrollo personal hacia condiciones de liderazgo, pues no debemos olvidar que hay dos versiones de empleados: uno que obedecen y otros que se comprometen y para esto último hace falta individuos que generen por un lado empatía y por el otro confianza.

Hay que reconocer que todos llevamos dentro destrezas y habilidades que permiten cumplir a cabalidad con las tareas asignadas, pero hay algunos que vemos más allá, es decir, esas destrezas y habilidades aplicadas al quehacer laboral, a la relación entre usuario interno y externo hacen que la productividad aumente desde el punto de vista económico y también desde el área de recursos humanos. Hay una relación entre esos elementos que desde la alta gerencia deben ser observados con el único fin de identificar a aquellos funcionarios capaces de promover un buen ambiente laboral, una reacción frente a las exigencias empresariales y además animar a que estas se cumplan.

Por último, el cumplimiento de los objetivos propuestos por la empresa debe ser piramidal, esto es, desde la alta gerencia hasta el nivel más bajo de cargos, pero encontramos que a veces ni lo uno ni lo otro se cumple, pues los primeros dadas sus presuntas ocupaciones nunca tienen tiempo ni les interesa conocer lo que le sucede a los empleados y los últimos están tan desmotivados que no les interesa ascender o progresar.

Se requiere funcionarios que vean más allá de lo evidente, razón por la cual las habilidades de competencia, ideario estratégico y motivación son suficientes para propender con seguridad qué objetivos personales estarán alineados con la estrategia organizacional, con el modelo ideal de gestión en donde los factores de competencia, de conocimiento y habilidades gerenciales sean las que lleven a determinar que los empleados que ahora existen son aquellos que merece la empresa o que exista tal compromiso en donde este, se sienta parte útil dentro de ese engranaje y no un elemento más.

“Para Stanislao Zuleta la Dificultad viene inserta en el ser mismo del hombre y como tal se convierte en el material inspirador para que este fije sus metas y cumpla las mismas”, y ese será el apoyo que ese funcionario tenga para aspirar, ser elegido y reconocido como sujeto de acción, es decir en donde las aptitudes sean tangibles dentro de la propuesta organizacional y desarrollo sostenible de  la entidad; pues los desafíos en el entorno van más allá del mercado por un lado y por el otro del talento humano del individuo, para obtener los beneficios de esa acción colectiva que no se conocen ni se reconocen, por aquello del olvido de formulación de políticas en donde lo humano sea lo importante y no lo productivo.

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