EL COLECTIVO DE LA ESTUPIDEZ EN MANOS DE LA CLEPTOCRACIA
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on enero 24, 2025
El término cleptocracia está descrito en el Diccionario de la Real Academia como “Sistema de gobierno en el que prima el interés por el enriquecimiento propio a costa de los bienes públicos”; enfrentamos el impacto de la corrupción en los derechos humanos como también en el ámbito económico y en el comportamiento de las empresas frente a la circulación de las élites políticas y la lucha por la consecución del poder, sin que se fortalezcan los mecanismos que tutelen a quienes consideramos ser parte del haber social de la nación.
Solo basta mirar el impacto negativo de la cleptocracia que ha tenido en los derechos humanos, mírese por ejemplo lo que sucede el departamento del Cauca, en los Santanderes y en Nariño entre otros, una ausencia total del Estado que hacen preguntar dónde se encuentran los gobernantes, tal vez fuera del país o disfrutando de las mieles del poder y sus dineros en otros lares.
Sin embargo, hay un grupo de personas que se apresuran de acuerdo con la vida laboral y personal hacia una era de la hiperproducción y en donde ese ajetreo los lleva a padecer la enfermedad apresurada (término acuñado en 1974 por los cardiólogos Friedman y Rosenman), esto es, síntomas como: emociones de impaciencia, falta continua de tiempo y el saboteo silencioso de la productividad en todos sus términos. De ahí que es precisamente allí en donde no hay espacio para la salud ni para trabajo en equipo, tornándose en individualista los medios utilizados para sufragar sus prisas, sus compromisos y en último sus deseos.
El riesgo se presenta cuando hay mortalidad sin justa causa, en nuestro caso por falta de pensadores, de nuevos políticos que identifiquen las necesidades del ser humano, que construyan factores que aumenten los índices de supervivencia, y en donde la toma de decisiones multiplique los mandatos de la carta política y además que se cumplan de una vez con los postulados que pregonan para mejorar el sistema político y de gobierno.
“Básicamente, se trata de ser un Ulises de nuestros tiempos, que se ata al mástil para no sucumbir a la tentación de las sirenas” (Rangel), y el efecto de la estupidez colectiva con los efectos de un gobierno que destruye la salud, efectuando cambios a un sistema que mal que bien funcionaba, dejar de producir petróleo y gas; dando tumbos de caballo ciego, de aquí para allá y de allá para acá, pareciera más bien un perro rabioso el gobernante que en vez de solucionar los problemas provoca incendios todos los días, en vez de enfrentar lo que sucede corre a esconderse en otros países haciéndose pasar como el salvador, mostrando una faceta que no tiene y que nadie le reconoce.
Según Bonhoeffer, “la estupidez no tiene una causa psicológica sino sociológica, es decir, es contagiosa: la estupidez de uno necesita de la estupidez de otro. Es como un hechizo conformado por consignas que se apodera de la gente.” Viene entonces el interrogante que pasó con los intelectuales, pensadores que dicen seguir al mandatario que apoya la cleptocracia rumbo a la dictadura o a la tiranocracia, o mejor siguen las propuestas que nunca fueron ocultadas por el gobernante de turno, y que algunos de los que apoyaron su ascenso ahora se retiran y critican con arrepentimiento.
Carlo Cipolla historiador y economista italiano, habla de la teoría de la estupidez y la condensa en cinco elementos: “1) Siempre se subestima el número de estúpidos en circulación.
2) La probabilidad de que una persona sea estúpida es independiente de su educación, su riqueza, su inteligencia etc., o sea, se distribuye por igual en todos los segmentos de la población.
3) El estúpido ocasiona daño a otras personas y a sí mismo, sin lograr ningún beneficio.
4) Son impredecibles. Los NO estúpidos siempre subestiman el poder dañino de los estúpidos.
- Los estúpidos son más peligrosos que los bandidos y los malvados. No hay nada más peligroso que un estúpido con poder”.
Se entiende entonces la crisis del gobierno colombiano actual y de muchos otros países, de cómo nos podemos liberar de esa estupidez colectiva, al generar la contradicción entre pensamiento y los actos; cuando abrimos los ojos y arrepentidos, callando precisamente esa estupidez entramos en razón para dejar de apoyar a un sistema de gobierno contradictorio y un mandatario con pensamientos retrógrados de socialismo que no aplican al movimiento actual de la economía política ni las tendencias universales.
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