UNA TRAGEDIA AL ESTILO DE UNA MUERTE ANUNCIADA.
Posted by: Diego Mario Zuluaga O. on: octubre 19, 2025
¿Cómo pueden los líderes enfrentar los inevitables retos originados en os problemas más urgentes de las sociedades democráticas? (Alejandro Gaviria)
La tragedia griega fue una época en donde el ilusionismo de sus poetas y escritores narró todo en cuanto sucedió en el gobierno, en su historia e incluso en el desarrollo del pensamiento del pueblo, siendo Sófocles uno de sus representantes. Una tragedia implica un lugar, un suceso y el fenómeno que lo desencadena y muchas historias al respecto se han contado, y muchas obras literarias se han construido.
“El ser humano sigue siendo lo mismo, peligroso para sí mismo. La única esperanza que queda es que del destino de la humanidad no la decidirá el hombre. La supervivencia, realmente, no la decidimos nosotros, sino el instinto de supervivencia que habita en nosotros” (László Krasznahorkai); significa entonces que hay una forma de observar y sentir el mundo por un lado y por el otro sentir los derroteros de la vida, y que se describen en la literatura con su lectura y escritura. Una ilustración que se convierte en una cosa increíble entregando una época excelente en el desarrollo de la historia de la humanidad y su conocimiento en ese proceso inevitable. Fue así como nació una nueva época, una en donde se ha construido una opinión que tenía que cambiar precisamente la concepción del conocimiento, y en efecto ese conocimiento es el que ha generado la tragedia aludida; de ahí que “todas las revoluciones filosóficas quieren cambiar al ser humano, pero el ser humano no se puede cambiar” (L. Krasznahorkai).
Hablar de tragedias es narrar como el hombre es un animal, al fin y al cabo, pero que necesita amistades, lo que lo diferencia del instinto de otras especies; igualmente se enfrenta a ese egoísmo que tiene sus límites pero que la civilización no exime que desaparezca ese egoísmo. Es aquí en donde los desafíos de las sociedades modernas no encuentran una solución rápida, estas van y vienen de acuerdo a la parcialidad con que son miradas sin que se vea una dimensión que la aparte de la tragedia, o un problema que cambie para evitar el colapso o la falla sistémica de los sistemas de gobierno y sus políticas económicas.
Interpretar los cambios demográficos que conducen inexorablemente a la insostenibilidad, de los arreglos sociales, de la cantidad de beneficiarios a los que no llegan las ayudas, en donde los ajustes paramétricos son extremadamente impopulares, siendo una especie de herejía política (A; Gaviria), cómo imaginar una democracia en donde la salud y las pensiones son complicadas, cada día aumenta más el envejecimiento de la población, unos pagan el costo político y otros critican la forma como se maneja el Estado, esos desafíos adicionales se adicionan a diario al efecto de gobernar. Se presenta un debate ético en donde no todos pueden ser incluidos, pero si se da priorización a la exclusión, implicando una tensión trágica entre quienes tienen acceso a los tratamientos y a los que pierden acceso a otros servicios.
Lo antipático de la tragedia es el momento en que se delegan las coordinaciones y la forma como se gestionan los procesos, mostrando una incapacidad ilegítima desde el momento en que se niega el acceso al gobierno, a la sociedad, al sistema educativo; es decir, un problema que continúa con esa dimensión trágica sin que esa complejidad permita mostrar las capacidades técnicas o esa en la “que acabarán también enfrentados a adversarios invencibles” (M. Enzensberger), improvisación, intentos de ganar tiempo y contradicciones sin resolver en donde se puedan igualar las oportunidades y poner fin al desorden de los sectores comprometidos.
Qué tenemos como conclusión una libertad que no deja hacer bien el trabajo, una expansión artificial de la economía y un sistema político que se vuelve cada día más endeble, una economía bancaria que se mueve no al ritmo del país sino a la banca internacional; vemos como la discrecionalidad esta limitada lo que conforma esa paradoja trágica, una que no salvaguarda la confianza ciudadana y mucho menos ayuda a simplificar la realidad, convirtiéndose en una demagogia complaciente.
Basta con “liberar los grandes conflictos humanos de la ingenua interpretación de la lucha entre el bien y el mal, entenderlos bajo la luz de la tragedia, fue una inmensa hazaña del espíritu” (M. Kundera)
octubre 19, 2025 at 10:18 PM
I’ll be sharing this with a few friends.
octubre 19, 2025 at 10:37 PM
Gracias por leerme y compartir con sus contactos.
Tiene algún interrogante