"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

ARTICULO LA TERNURA ES UN DERECHO:

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on febrero 19, 2014

El ser humano lleva muriendo miles y miles de años por falta de

comprensión, amor, acogida en los diferentes ambientes existentes de la sociedad.

TernuraA nivel social, político y familiar se observan aspectos negativos como el odio, la manipulación, injusticia, elementos que han ido marcando profundamente el devenir de la criatura humana. Sería imprescindible imaginar un mundo sin ternura, frío, huérfano de caricias, de acogida. En el fondo la ternura es un derecho humano. Las zonas donde aletea la ternura son la sensibilidad y la conciencia.  El hombre necesita sentir ese fluido sutil, ese perfume embriagador, esa flor deshojada que va transformando lentamente la manera de ser, la manera de vivir, la manera de pensar de cada ser humano. La ternura no debe ser una acción aislada  porque es un elemento esencial que se encuentra en el hombre desde el vientre materno, es algo que no se puede desprender del yo profundo, puesto que es la que le da vida al trabajo, a la libertad, a la educación y a las relaciones humanas.

Hablemos de ternura y no de amar, porque TERNURA es un término medio entre el amor y el odio, ambos sentimientos muy humanos que se presentan a diario en nuestras relaciones afectivas, políticas y laborales; se hace mucho énfasis en aprender a amar, pero nadie nos enseña a odiar. Cuando hemos llegado a la frontera del odio, cuando nuestra  irritación está a punto de transformarse en violencia, aparece la Ternura como  un conjuro social que nos enseña a convivir con seres diferentes, que aunque no responden por completo a nuestras exigencias y demandas, nos brindar desde su singularidad calor y compañía, enriqueciéndonos con su presencia.

La Ternura es el camino que recorremos cuando nos hemos dado cuenta de la afabilidad humana, de la cercanía del odio y de la facilidad con que nos convertimos en sujetos maltratantes.

La belleza, sabemos no reside tanto en lo alto o en lo bajo. La belleza en cualquier persona depende de la capacidad que tenga de expresar la fuerza que emerge de su singularidad. Por tal razón el chantaje afectivo nos afea, colocándonos en una dicotomía asfixiante insoluble.

Al abogar por redes de dependencia que no se opongan a la emergencia de la singularidad, el llamado a la ternura y a la recuperación de la sensibilidad, adquieren una indudable actualidad ecológica, articulándose con gran riqueza simbólica en el paradigma de la ecoternura. Somos tiernos cuando nos abrimos al lenguaje de la sensibilidad, captando en nuestras víceras el gozo o el dolor de otros. Somos tiernos cuando reconocemos nuestros límites y entendemos que la fuerza nace de compartir con los demás el alimento afectivo. Somos tiernos cuando fomentamos el crecimiento de la diferencia, sin intentar aplastar aquello que nos contrata, somos tiernos cuando abandonamos la lógica de la guerra, protegiendo los nichos afectivos y vitales para que no sean contaminados.

Si hoy es urgente mejorar la calidad de la educación, con mayor razón es indispensable mejorar la calidad de la persona humana ante un mundo que vive tan violentado, por eso te invitamos a que entres a hacer parte de la Revolución de la Bondad y la Ternura.

 

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