"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

ARTICULO HERMENEUTICA DE LA FE III

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on noviembre 30, 2014

ADVIENTO-NACIMIENTO O NAVIDAD

 

En un primer artículo hablamos acerca del porqué el hombres es religioso y en otro sobre el papel del creyente, ahora abordaremos lo relacionado con la importancia del tiempo de adviento-nacimiento o navidad;images inicialmente hay que disertar de la invitación que se nos hace acerca de estar vigilantes en contra de aquellos que de alguna manera nos quieren hacer daño, atacan nuestras ideas, pensamientos y acciones o los encubren bajo seudo estados de seguridad (Top Secret) decisiones a tomar, pero con ello lo que hacemos es atacar la identidad del ser humano, su identidad religiosa, su credibilidad, su cristiandad o los fenómenos sociales que afectan la comunidad.

 

Esa vigilancia nos lleva a estar con la lámpara del camino de la vida encendida a todo momento, determinando los principios éticos y morales o aquello que nos causa remezón frecuente, desde nuestra idiosincrasia hasta el comportamiento, la concepción de verdad o de cultura; valga decir de la mano con el testimonio que como seres humanos debemos dar.

 

Comienza una época de transición en la vida del hombre, encender velas moradas para buscar la nobleza, el don de la sabiduría o el de la conversión, o velas rosadas para aquello de la alegría, eso es el adviento, un cambio en la forma de pensar y de actuar, una nueva forma de ver los fenómenos que nos afectan pero al mismo tiempo buscar la solución a esas aflicciones desde la conductual hasta lo social, interiorizar quién soy, qué debo cambiar o modificar o en últimas entender cuál es el evangelio que crece con nosotros o le dan razón a la existencia.

 

Nace un nuevo ser social en virtud de la navidad, una época de alegría, de compartir, de dar o recibir, para unos nostálgica por el año que pasó, por tareas inconclusas o irrealizadas, satisfacciones o insatisfacciones,  o por el año que viene con su ambiente bohemio y poético, o necesitado de un nuevo empujón acerca de lo improvisado de la vida o de batallas a ganar por el miedo escénico.

 

Celebramos los avances obtenidos y recibimos los frutos, aquellos que guardamos con ahínco y desinterés, generando pensamientos individualistas y mezquinos, pensando tal vez en que no llegue diciembre con su alegría, sino que la vida pase por pasar, sin embargo estamos ante su majestad DICIEMBRE, no importa qué haga, a quién regale o a quién demuestre, siempre será ese tiempo, el más bello del año para cubrirnos de felicidad, de disfrutar de los amigos, de compañeros de trabajo; para fidelizar relaciones y amistades, aumentar los lazos de familiaridad o desarrollar actividades humanísticas con los desamparados.

 

En el dar y el recibir está el sentido de la vida, máxime cuando el sentimiento religioso está pasando a un segundo plano por aquello de la tecnologización de la existencia, por el abordaje de otro tipo de problemas, como también por lo que afecta al ser humano actual, la insensibilización como consecuencia de la indolencia social, de la envidia  y de los egoísmos cognitivos del hombre.

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