ARTICULO LA EPIFANIA DEL HOMBRE PARA EL 2015
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on enero 10, 2015
Sea lo primer explicar el significado de epifanía, y no es otro que aquellas manifestaciones que se nos presentan, explicando diferentes fenómenos. De otro lado, hay que entender cuáles son esos fenómenos que desde lo social, lo familiar, lo político, lo ético y lo moral nos atacan; los que no nos dejan evolucionar si no que nos llevan a involucionar de manera tal que vamos en retroceso frente a la dinámica del universo.
Sentimos la epifanía cuando nace una persona, cuando nos asalta la suerte de lo económico, del progreso y de lo profesional, pero esa epifanía se aplica a mi propio ser o a aquellos quienes rodean, o nos afecta de manera tal que vamos perdiendo el norte significado por la gramática y la sintaxis de nuestra existencia.
Esta puede ser conceptualizada desde el aspecto filosófico, valga decir, una profunda sensación de realizar y dar sentido a la comprensión de las cosas, de otra manera, es todo aquello que lleva el sujeto activo social en su corazón como aquello que ha resuelto, ha obtenido y completado, en últimas una epifanía de la felicidad.
Son esas inspiraciones ilustradas desde lo divino hasta lo terrenal, que nos muestran el camino de la epifanía existencial; que nos explican el pensamiento indescriptible frente a lo único, a las experiencias pasadas, y de esta forman entendemos los conceptos de Moisés, de Mahoma, de Buda, de Dios y hasta de James Joyce y muchos otros, que vislumbraron la existencialidad como el principio final del hombre, en este plano en donde la universalidad ha superado de muchas maneras a la individualidad.
Vienen por el camino magos, sabios, pensadores hasta idolatras entregando un concepto de epifanía que no hacen parte del modo de vida del ser humano, aumentando preocupaciones, odios y rencores, llevando a este hacia un camino desigual en donde la comprensión intelectual dé al traste con nuestros propios conceptos, pensamientos y vivencias conforme al significado de la vida. Haciendo del silencio un medio embaucador, para llevarnos al más allá de las palabras, a esos lugares de meditación profunda que hemos olvidamos y que por la epifanía debemos rescatar, para ajustarnos a esa realidad que muchas veces vemos dispersa y algunas otras alejadas de esa propia realidad en la que nos encontramos.
Terminamos diciendo que la búsqueda de una presencia que nos lleve abiertos a esa realidad que a diario criticamos, pero que al mismo tiempo, terminamos aceptando sin identificar aquellos fenómenos que nos evocan una época en donde si valía vivir, en donde si se podía compartir y en donde el dar y recibir eran importantes que el ser y el tener, llegar a estos extremos es epifanía.
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