ARTICULO LA DESINFORMACION, SINDROME ACTUAL
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on febrero 22, 2015
Nos preguntamos si vivimos en un mundo real debido a la desinformación que recibimos. O también si lo que nos informan es versión errónea de la verdad. Contaminamos la memoria con las visiones de los noticieros, o aquellas oportunidades que desaprovechamos por márgenes de falsedad.
Implantamos recuerdos dentro de las habilidades de comportamiento, que nos llevan a violar los principios éticos o dicho de otra manera, valores más importantes violando los derechos universales. Falsos recuerdos que van de la mano desde la familia hasta la sociedad, desde la escuela hasta lo tecnológico y desde lo político hasta lo económico.
Apreciamos nuestros recuerdos, ya que estos representan nuestra identidad, pero cuánto de ello tiene un contenido de desinformación, que va en contravía de mi pensamiento y mi forma de ser, de eso que representa para mi haber social y familiar, pero que la emoción no nos deja expresar por aquello de los males sociales, del temor al qué dirán o por vulneración del libre albedrío. Memorias de aprendizaje a través de décadas de experiencia, de combinar certezas con detalles en donde la confianza hace distinguir los recuerdos falsos de los verdaderos, para confirmar de la independencia del descubrimiento de la tolerancia y guardar los errores cotidianos en la memoria.
Un síndrome que se vive a diario, al cual nos adaptamos en razón de las necesidades, pues hay que evolucionar en medio de una mutación incesante, para crear una identidad en medio de la desinformación que nos rodea, amparada por intereses de todo tipo, a veces altruistas otras veces mezquinos, pero que esa evolución de la mano de la adaptación y la mutancia existencial hace de la evolución ese principio al cual recogemos a diario en medio de la interpretación de la desinformación que llevamos dentro. Aprendemos de lo intangible, de aquello que nos provoca no solo una reacción sino una transgresión a las leyes a las que no se les pude poner freno.
Citando a Krishnamurti “el ego no poder ser maligno, hace lo que hace ya que no sabe hacer otra cosa”, y en efecto interpretando esta frase es una adaptación a la desinformación, aquella que dejamos a un lado, es decir, una información que nos llega con frecuencia sin respaldo en argumentos lógicos o verdaderos, pero que debido a las influencias de los fenómenos sociales obnubilan la inteligencia para comprender la importancia de ser humano con sus diferentes elementos constitutivos de la relación socio-personal.
No exteriorizamos esa imagen que se convierte en un mercado continuo de la confusión de esa realidad en la que vivimos, fenómenos van y vienen pero dónde queda la importancia o mejor el derecho a recibir una buena información de lo que se vende, de lo que se recibe, pero al mismo tiempo que nos llega a través de las relaciones socioculturales, pero que muchas veces no importan, solo rellenar la concepción de la necesidad del hombre de aquellos elementos que complementan su existencia.
La inconciencia tiene vida propia y al mismo tiempo las expresiones sus elecciones y así está constituida la desinformación, ese mal actual que está llevan a la sociedad al debacle existencial, verdades que no se dicen, que se maquillan para que no duelan o medios que se prestan para tapar una realidad de la que somos conscientes y no hacemos nada por cambiar. Incoherencias que desde el pragmatismo cotidiano hace sentencias angustiantes.
Leave a Comment