ARTICULO LA CIENCIA PARA QUÉ?
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on junio 15, 2015
La labor de un escritor es poder criticar y al mismo tiempo enriquecer la labor social del ser humano y en efecto se ha confundido ese trabajo con aquello de interferir en las decisiones que se toman a todo nivel. La ciencia no está lejana de este síndrome, máxime cuando cada quien la define de acuerdo a sus necesidades, valga decir, la ciencia es una, pero es tan adaptable y modificable que con esta podemos explicar cualquier fenómeno desde el individual social y religioso.
Si bien es cierto, la finalidad de la ciencia es hacer posible que el hombre tenga mejor calidad de vida, también lo es que esta por sí sola no puede tomar decisiones, siempre estará pendiente de la interferencia de las elocuciones del ser humano, en las manos de grupos de todo tipo sin embargo esta tiene conceptos sesgados, malas descripciones e interpretaciones que van en contra de la realidad.
Para escalar el Everest la ciencia ha aportado toda clase de elementos, materiales, económicos, capitalistas y humanos, es decir el avance de la ciencia se ha visto vislumbrado entre el avance de esta y la reducción de riesgos, ello para significar que la ciencia está inserta en todas las actividades del ser humano y que como tal se convierte en una herramienta a tener en cuenta, pues es de la única manera que el individuo logra todas sus pretensiones.
El riesgo de dejar pasar la ciencia entre nosotros sin intervenir en la misma, nos aleja del progreso científico, máxime cuando las actividades desplegadas se hacen visibles dentro del conglomerado social. Ahora bien, así como hurgamos en las entrañas de la tierra como en el caso de la minería, de la misma forma podríamos hurgar en la psique del hombre, para explicarnos por qué la ciencia no pasa por nuestra consciencia, y seguimos haciendo parte de la sociedad muerta, es decir, aquella que vive como convidados de piedras sin aportar nada a la sociedad, siendo esto último obligación del propio individuo, sin inquietarnos de encontrar los perjuicios que se origina en las diferentes zonas del comportamiento y mucho menos buscando esa materia prima que nos lleva hacia un desarrollo sostenible no solo para el presente sino para el futuro.
La pregunta que surge es a quién beneficia la ciencia? Al hombre, a la democracia, a la sociedad o al universo. Y en efecto, la ciencia es universal y de la misma manera debe ser tratada, para la construcción de una gran humanidad, para garantizar una mejor calidad de vida y mejor el estilo de vida moderno que todos llevamos; el riesgo se encuentra cuando dejamos de ver la ciencia como ese elemento integrante de la individualidad del hombre, cuando no permitimos la conjugación de esta con los actos sociales del hombre y mucho menos no nos damos licencia para anexarla a nuestra cotidianidad.
Basta entonces, tener acceso a la ciencia para entender nuestros derechos y su relación con el conocimiento, igualmente cuáles son estos y en consecuencia esta debe democratizarse y popularizarse, ello en razón a que esta no se ha masificado, todavía hay muchos congéneres que no han tenido a la misma ni a apropiarse de su concepto como objeto vinculante como elemento integrante de la sociedad, para alegar no solo las brechas económicas sino educativas, sino permitir un futuro sostenible como objetivo último del hombre.
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