"FILOSOFÍA, PEDAGOGIA E INVESTIGACIÓN"

PLACER POR LA INVESTIGACION Y LA DOCENCIA. Diego Mario Zuluaga Osorio. Lic. Filosofía y Letras USTA. Esp. Planeación, Desarrollo y Administración de la Investigación. UMB.

ARISTOTELES Y LA RELIGION II (ESPIRITUALIDAD)

Posted by Diego Mario Zuluaga O. on septiembre 20, 2022

   En artículo anterior se hizo un relato del pensamiento aristotélico con relación a la influencia de la religión en el ser humano, igualmente cómo influyó esta en el pensamiento del ser humano, ideando un camino hacia la concepción de una nueva historia.

Encontramos diferencias suficientes entre el pensamiento de Aristóteles, Kant o Descartes lo cual no es cómodo. Menos aún enfrentarse a Hegel, Heidegeer o Wittgenstein, en donde cada uno de estos hace una concepción bien diferente acerca de los motivos por los que el individuo es religioso, si puede vivir con ello o no puede hacerlo. Enfrentar lógica contra racionalismo, verdad contra falacias, o métodos contra sistemas. De ahí entonces que el ser humano a través de su evolución ha madurado precisamente ese concepto de religión, de comprender la existencia de un ser superior si lo hay y defender precisamente esa creencia.

 

“Es ese concepto de lo divino y de lo perfecto, que hace que el hombre se pregunte si en efecto existe Dios o no, o si este es solo una configuración sicológica del hombre, en términos de concepción metafísica muchas veces criticada por este pensador”[1], o si en verdad el hombre es religioso por naturaleza. Es esa espiritualidad la que ha desarrollado una nueva concepción del sentir humano, y en especial, finalmente, podemos decir que con Aristóteles aparece el concepto de felicidad.

 

Sería un problema decir que esa comprensión de un pensamiento filosófico y su relación con la religión se acostumbra a discursos más prácticos o técnicos y nos olvidamos que las formas del pensamiento son más simples. Los patrones de reflexiones de los grandes filósofos siguen mostrando una realidad propia para el lector, decimos entonces que la lectura funciona, pero también el análisis de esos conceptos, pues nada hacemos leer sin practicar, o conocer algo de los pensadores que crearon las grandes diferencias de la historia de las ideas.

De ahí que el ser humano dentro de su propia religiosidad sin importar el Dios en el que crea, debe comportarse con modestia, es decir, ese equilibrio entre su ego y el desprecio por el otro; desarrollar la honestidad como principio de expresión de la verdad no solo en su actuar sino la agresión a los demás; identificarse como un ser social, diferenciar con quiénes establece lazos de empatía y amabilidad; actuar con decoro por aquello de respetarse a sí mismo, a los demás y comprender su dimensión; ejercer autocontrol para conocerse,  para reprimir sentimientos en su momento; y desplegar la generosidad como principio de alteridad, esto es, ayudar a los demás teniendo en cuenta el yo.

 

Aristóteles hizo posible que nuestra comprensión del mundo se desarrollara de manera sistemática, al dividir el conocimiento humano en categorías separadas. (Strathern P.) Sin embargo, durante los siglos más recientes, el conocimiento se ha expandido de tal manera que esta categorización se convirtió en un serio obstáculo, para comprender de manera aislada el comportamiento social del hombre, del por qué el ser religioso le permitía entender el universo y su influencia en la conducta de la persona; ese sistema de pensamiento tuviera esa jerarquía en el actuar del hombre, y del rumbo hacia lo científico que fue finalmente el pensar de este.

 

Si bien es cierto Aristóteles daba clases mientras caminaba con sus discípulos, también lo es, que ello le servía para que estos conocieran de primera mano lo que sucedía en la calle, el manejo político dado a los problemas, la existencia del ejército como fuerza represora, arraigando entonces esa concepción del individuo como ser lógico, religioso y espiritual.

 

“El testamento de Aristóteles comienza con las inmortales palabras: «Todo irá bien, pero en caso de que algo sucediera…», dando a entender la incertidumbre en que vive el hombre.

[1]. https://www.diegozuluagao.com/2017/09/aristoteles-y-la-religion/ Septiembre 2 de 1917.

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