“El aburrimiento se entiende como ese radical desinterés frente a un mundo incapaz de ofrecer lo que el individuo anhela (P. Cornejo)”
El 16 de junio del 2023 escribí la primera columna que lleva el nombre de esta y allí hice referencia a que los hombres tendían a aburrirse, igualmente si este estado era considerado una enfermedad, pues esto afecta desde la salud hasta el estado mental, además como ese aburrimiento es capaz de dominar el cuerpo, la mente, causar desordenes y estragos cuando nos encontramos en este universo interconectado.
Sin embargo, después de leer el libro La enfermedad del Aburrimiento de la sicóloga española Josefa Ros Velasco, la expectativa es muy distinta. El aburrimiento se viene tratando desde tiempos inmemoriales, se conocen estudios desde la Grecia antigua y en los romanos, dando a conocer como este fenómeno preocupaba a escritores y gobernantes. De otro lado, su paso por el mundo fue evolucionando y en la edad media se conocen algunos científicos preocupados quienes notaban como el aburrimiento producía ansiedad, problemas emocionales y aumentaban los suicidios.
De otro lado por mucho tiempo se consideró el aburrimiento como “el más letal de los vicios”, y una vez superado este, daría paso a la alegría, con lo cual se perdonaría este; es decir, a pesar de desconocerse el origen de este, la vida contemplativa sería la solución. De ahí que, se consideraba una dificultad, como también algo que no dejaba trascender, y es que «Necesitamos una sociedad más esperanzada, más equilibrada» (Javier Urra y la psicopatología social), pues siendo el aburrimiento una de las causas de la inestabilidad social en la que vivimos como consecuencia del orden social impuesto por gobiernos y sus gobernantes, por las políticas económicas y capitalistas, por el pensamiento que deja a un lado lo crítico para comprender que la “oscuridad del ánimo” debe ser corregido con ejercicios espirituales sean estos de tipo religioso, movimientos de yoga u otras religiones, pues el ser humano se debe así mismo y al entorno, a su familia y sus congéneres, como también como constructor de sociedad.
Pero entonces, ¿el aburrimiento se genera porqué no tenemos nada que hacer o por el contrario exacerba el estado de ánimo por tener mucho que hacer?, se debe tener en cuenta que cuando se está desorientado frente al tiempo libre, por no comprender el ideal romántico del concepto de libertad, o como consecuencia de un cansancio no relativizado en el tiempo, lleva a un hastío de la vida en virtud de que siempre es lo mismo, o que no existen valores metafísicos en razón de la angustia existencial.
Cómo comprender la infelicidad que trae al mundo la cantidad de situaciones no objetivizadas en virtud del aburrimiento, considerado como la enfermedad del siglo XXI; vivimos con el alma encogida, al pensar qué rumbo tomará el mundo con la angustia generada por los gobernantes, sus deseos de perpetuarse en el poder o de aquellos que se creen el todo poderoso y provocan guerras entre potencias tal vez hacia una tercera guerra mundial.
¿Claro que qué es el aburrimiento?, ¿Quién tiene la culpa de este?, ¿es la sociedad?, o ¿es el individuo? ¿es el romántico que ha esperado demasiado por una solución que no llega? Será entonces que la incapacidad del ser humano de emplear su tiempo de buena manera no es suficiente, o será ese vacío de sensaciones y el sin sentido, lo que lo vuelve más profundo, hacia un hueco demasiado grande para intentar salir de allí, pues las emociones morales están dominadas por la política y exacerbadas por las redes sociales, y que necesitan contrarrestarse con esfuerzos educativos demasiado persistentes, ya que la identidad del ser humano se entiende como ese pilar esencial en la sociedad contemporánea, y que llevan a comprender los desafíos y oportunidades de la sociedad actual, ya que la identidad no es estática, esta evoluciona con el tiempo redefiniendo nuevas experiencias y fortalece aquello en lo que reflexionamos.
Termino diciendo que el aburrimiento es un factor que afecta precisamente la identidad del ser humano, ya que deshabita precisamente los elementos que sostienen su valor no sólo cultural sino social, y evade ese cimiento sobre el cual se edifica una sociedad justa, plural y consciente en estos tiempos de cambio.
“El aburrimiento es una mala hierba, pero también una especia que hace digerir muchas cosas (J. Ros V).
4 Responses to EL ABURRIMIENTO SE HA CONVERTIDO EN UNA ENFERMEDAD – II