LA REVOLUCIÓN 4.0 EN LA EDUCACIÓN
Posted by Diego Mario Zuluaga O. on mayo 23, 2020
En artículo anterior se habló acerca de la revolución industrial 4.0 y desde la evolución de la sociedad, se ha comprendido que el efecto de la tecnología en la sociedad es incuestionable y en consecuencia esa nueva generación confronta nuestras realidades.
Ha nacido entonces una nueva cultura y es la que tiene que ver con la alfabetización digital, la cual se enmarca dentro de esa industria 4.0, pues esta incide no solo desde lo económico, sino en lo social y en especial en lo educativo, no es si no ver lo que ocurre con la pandemia, se exageró en esa necesidad de conocer lo digital como herramienta para desarrollar la educación.
Ese término de alfabetización digital ha causado controversia, pues no estábamos acostumbrados a aprender a partir de un computador y las plataformas educativas, manejadas por los educadores unas veces y otras por los dicentes; y aquí se puso en controversia también el desarrollo del software con que se construyen dichas plataformas de aprendizajes, mientras unas son amigables con el medio ambiente, otras son aburridas e indescifrables, hasta en eso, se desarrolla el término alfabetización digital.
Es por ello, que “la alfabetización debe representar la adquisición de las competencias intelectuales necesarias para interactuar tanto con la cultura existente como para recrearla de un modo crítico y emancipador “(Pablo Freire) y en efecto es a partir de ahí en donde la revolución industrial 4.0 coge importancia, pues la educación tiene que ser parte de esta; es decir, la era digital se convierte en un derecho y al mismo tiempo en una necesidad para el ciudadano actual, y además en este momento existencial la pandemia evidenció el cambio de paradigma, el aceptar las modificaciones en todos los ámbitos y ello ha generado un nuevo experimento educativo.
La cultura digital que enfrentamos, que debemos adecuar a lo existencial, se convierte en ese motor y mediador de todos los procesos sociales, máxime cuando se experimenta un aprendizaje de supervivencia, valga decir, ese nuevo enfrentamiento a plataformas educativas, a las tareas a través del computador, clases virtuales y trabajos por presentar, hacen que estas herramientas se vuelvan interesantes, desde la familia, la escuela y la educación.
¿Qué viene ahora?, una etapa de euforia por haber sobrepasado esa experiencia o fenómeno natural procedente de la incertidumbre de la naturaleza o de la crisis ambiental o la combinación de ADN de animales, o una nueva manera de percibir el futuro educativo, o los cambios de modelos pedagógicos o los esfuerzos para detenernos en un modelo digital predominante.
La cosa es que el cerebro estaba cómodo en la situación antes de la pandemia, pero ahora con este nuevo hecho, el cerebro intentará regresar a esa área de confort, haciendo olvidar la incomodidad actual, horarios, estar más horas pegados al computador en trabajo intelectual y no de ocio, esto es, una nueva forma de protección existencial (J. D. Farnos) desde lo individual hasta lo comunitario.
Ese ambiente inexplorado que nos tocó caminar, aprehendiendo y desaprendiendo, esa causa común que debimos aceptar, hace que esta nueva experiencia, sea precisamente eso, una experiencia que debe dejar enseñanzas para decir en un tiempo futuro que sobrevivimos a esa era digital impuesta, improvisada, superada a la fuerza y de alguna manera nos llevó a trabajar unidos.
Claro que lo digital venía con su paso lento, la revolución digital 4.0 llegó para quedarse, para enseñarnos esa nueva experiencia y entender que adquirimos una nueva responsabilidad, aquella que nos lleva a ser competentes, a permitir que las generaciones futuras lleguen con más libertad a la era tecnológica, y que en consecuencia, todas esas herramientas las tengamos para mejorar ese bien común al que se aspira como miembros de una sociedad moderna y ligada a los nuevos conceptos de globalidad, glocalidad y globalización.
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